Proyecto Canguro
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Llegar el último
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Llegar el último

Sobre el esfuerzo, la dedicación y no ser el número uno.
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¡Buenos días, buenas tardes, o buenas noches!

¿Cómo estás, Canguro?

🤟 Aquí Sergio F. Núñez: llegan los jueves locos.

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No tengo la más mínima intención de que el MVP se convierta en el mejor del mundo. No pienso ni siquiera proponérselo. Me da igual que sea o no el número uno en lo suyo. Sea lo que sea que será lo suyo.

Tampoco me enfadaré si suspende o le toca repetir curso. Quiero que sea feliz, no que sea el mejor.

Quiero que sea lo que él quiera ser.

Lo que no le permitiré es que no se deje el alma y la piel en lo que tenga por delante. El esfuerzo no se negocia. Sea una raíz cuadrada, sirvan para lo que sirvan, un comentario de texto o los ríos de Europa. Cuando uno lo da todo, hasta la última gota, pero no logra el objetivo, no hay nada que reprochar.

No se puede exigir el resultado, pero sí el esfuerzo y la dedicación.

Habrá momentos en los que tendrá más fuerza para darlo todo y otros en los que los altibajos de la vida le impedirán dar el 100%. Será entonces cuando me tocará arengarle y subirle la moral.

Vamos chaval, tú puedes. Confío en ti”.

Bajaremos el culo juntos, abriremos las manos y defenderemos como si fuera el séptimo partido a domicilio de unas finales de la NBA.

El esfuerzo no se negocia.

Creo que poco a poco estamos dejando atrás esa cultura del éxito o el fracaso. De ser el primero o que no valga para nada lo que has hecho, ni el trabajo, ni el esfuerzo. Solo gana uno o una, pero el simple hecho de estar, de pelear, siempre y cuando lo des todo, es de valorar.

El no ganar no debe frustrarle. El no esforzarse, sí.

Quiero que sepa que a lo largo de la vida perderá más veces de las que ganará, pero que toca trabajar y esforzarse para que las victorias sean infinitamente más grandes que las derrotas. Que lo serán.

La indolencia de saltar a campo y ver pasar la vida, rebajar el nivel de exigencia y conformarse con cualquier resultado lleva años lastrando al Barça. Un equipo al que hasta hace muy poco no se le permitía no dar el máximo, más allá de que se ganara o se perdiera.

Ya solo importa el estilo. Si es que existe y es importante.

Casi nadie se cabrea cuando el equipo se borra. Más bien se rebuscan argumentos para convertirlos en relato que refleja nada más que autocomplacencia.

No es el resultado, idiota, es el esfuerzo.


¡Gracias por leer y compartir!

Nos vemos en la próxima edición del boletín, pero si quieres que hablemos antes podemos hacerlo en @SergioFNunez o en sergiofnunezs@gmail.com.

Éxito.

Sergio F. Núñez

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Una columna hecha podcast sobre historias de la vida y del deporte contadas a través de los ojos del MVP. Por Sergio F. Núñez.
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