🤟🏻 Aquí Sergio F. Núñez. Esta mañana vengo a hablarte de los terremotos en el mundo del deporte.
Canguro,
Cuando todos vibramos a la vez, la tierra tiembla. Lo nota y lo notamos. En esta sociedad tan dividida, el deporte suele ser el máximo culpable de unirnos. Eso y algún enemigo común.
La Copa del Mundo de Qatar está removiendo conciencias, carteras y también países enteros.
En la última ronda de cuartos de final, cuando la Croacia de Petkovic, Livakovic y compañía le peleaba el cetro a Brasil, la tierra también celebró la clasificación.
Celebró y tembló. Literalmente. No de manera figurada.
Así lo demuestran los datos recogidos por los sismógrafos de la Facultad de Ciencias Naturales de Zagreb, los cuáles registran movimientos durante el partido. Concretamente en dos momentos: cuando Petkovic ponía el 1-1 en el marcador, allá por el minuto 117; y cuando al portero Livakovic le dio por convertirse en héroe nacional y detener el definitivo penalti de una tanda que metía, de nuevo, a Croacia en semifinales de un Mundial.
Fue en Zagreb y Rijeka donde los datos de los sismógrafos se ven más notables, dos grandes núcleos de población croata.
Las fotografías publicadas demuestran, según los expertos, cómo las ondulaciones registradas no son propias de "verdaderos terremotos" si no provocadas de manera artificial.
En la derrota semifinalista ante Argentina, el cielo se abrió y no paró de llorar durante horas en Croacia. Pero esa es otra historia.
ch, Aytekin y el Leicester ya hicieron temblar el mundo
No es un caso aislado el de Zagreb y Rijeka. En 2017, en los octavos de final de la Champions de aquel curso, la ciudad de Barcelona vivió algo similar después de ver al FC Barcelona remontar los cuatro goles que traía de renta el PSG a la ciudad condal.
Un sismógrafo del CSIC instalado en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, a unos 500 metros del Camp Nou, registró la mayor vibración de este tipo en la historia de nuestro país.
Los casi 100.000 espectadores del estadio saltaron a la vez para celebrar el gol de la clasificación en la última jugada del partido y fue entonces cuando el sismómetro detectó “un minúsculo terremoto”.
Las vibraciones generadas por el movimiento acompasado del público se transmiten como ondas sísmicas generando esa celebración de la tierra.
Han habido otros hitos del deporte que han hecho temblar la tierra. En Estados Unidos, por ejemplo, los fans de los Seahawks de Seattle lo han logrado en varias ocasiones, pero especialmente recordada es la de 2011.
Aquel año, en el primer partido de playoff de su carrera, Marshawn Lynch, se preparó una jugada de tal calibre que provocó que la hinchada rugiera, gritara y saltara durante más de 15 segundos, provocando que las agujas de un seismógrafo cercano registraron aquel “extraño incidente”.
También se vivió algo parecido con la victoria del Leicester ganador de la Premier ante el Norwich.
No cambiará la historia de la ciencia ni hará que vibre nada más allá de un kilómetro a la redonda, pero demuestra, entre otras cosas, cómo el deporte es capaz de unirnos.
Y de separarnos.
Es un todo en uno.
Hablamos mañana, pero si quieres que lo hagas antes te espero en @SergioFNunez ¡Difunde la palabra!